Es en la noche cuando pierdo lo que queda de mí,
Las luces de la ciudad me embriagan,
Las luces del día caen aciagas otrora...
Y me busco o quizás me pierdo un poco más,
Otro día que se escapa de la sal de mis manos,
Otro día en el que tuve que pelear duro,
En el que tuve que capturar el sueño
Para más tarde...
Y son sólo momentos,
Taladran mi cerebro con fuego,
Pero por fin cae, me dejo atrapar
Y sólo pienso en que nunca se irá.
Ya no hay mañana, no quiero que termine este tiempo,
Los días dejaron de llenarme, con su cenicienta monotonía,
Sólo aguardo con la luz apagada, viendo los ciclos jugando.
¿Juegan conmigo, quizás con todos?
¿A quién le importa?
La luz de la farola llama a mi puerta,
Y me estremezco por dentro,
Caigo calle abajo como ella,
Más y más profundo,
Proyectado entre las sombras.
Ya no hay mañana, no pienso en el fin,
Me detendré en el reino sin respuestas,
Los dominios de mi subconsciente,
Que me arrastran a lo prohibido.
Cegado por tu misterio,
Absorto por tu belleza,
Sigo la melodía sin letra,
Que me lleva al abismo,
A la furia contenida...
Y me confundo con las criaturas de la noche,
Las que nunca contemplaran el amanecer,
Y navego en un sueño de máscaras felices,
De risas sin rostro, de temores encerrados.
Te persigo escaleras abajo,
Todos bailan hipnotizados,
No puedo dejar de mirarte,
¿Eres tú a quien buscaba,
Por quien el espacio cedió?
La presión es insoportable,
El sudor comienza a rodar.
Quizás sea la última noche,
En la que pierda todo el control,
Y me abandone a la sed de mi alma.
Quizás sea otro sueño más,
Bajo neones artificiales,
Entre paredes purpúreas.
Quizás me tomes ahora,
¡Haz lo que quieras de mí!
Ahora es mi mundo también.
Quizás los días se esfuman,
Y la batalla emprendida perdida,
Pero mi mente vulnerable escapó...
Mis nuevos amigos me rodean,
Tiran de mí en todas direcciones,
Me deshago en crueles pedazos,
Transportado en tus rieles sin posos
Vuelo como nunca lo hice, sin límites...
Bajo el lento conjuro de la Luna,
Enmudecida de deleite y locura,
Ardo en tu hoguera perfecta,
Entre quimeras de seda.
El piano sin teclas
El piano sin teclas
Juan M Lozano Gago ©
Ultravox - Vienna
Gran entrada, ¡dan ganas de verdad de perder el control! :D
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, jeje, creo que las cosas en la noche se ven de otro color, luego despiertas por la mañana y la magia se fue :D
EliminarUn abrazo, amigo
me he quedado muda …. así sin mas muda …gosh you are such a great poet! ..gosh!!!!
ResponderEliminarJejeje :D Gracias siempre por tus palabras, un fuerte abrazo, amiga!!!
EliminarFeliz finde! :)
es que la noche siempre abre libertades y desprejuicia mentes Juan
ResponderEliminarbuen trabajo poético
gracias por tu huella
buen fin de semana
abrazos
Gracias, Elisa, de acuerdo con tus palabras, además la noche interfiere de forma que hacemos o planeamos hacer cosas que luego descartaríamos a la luz del día,
Eliminarabrazos y feliz fin de semana
La noche brilla con luz de plata, ese mágico color lunado...Precioso Juan Manuel.
ResponderEliminarGracias.
Buen día.
Hola, Carmen, la noche, ese espacio de tiempo donde todo es posible,
Eliminargracias y que tengas un buen día.