Es todo tan hermoso ahora,
Tan brillante, tan claro y fugaz.
Desperté de un sueño de mil años,
Mi conciencia se fundió antaño
Con lagunas de lodo y Loto,
Con pantanos de verde y ocre.
Es todo tan ardiente ahora,
Tan cálido, tan rojo y vivaz.
Desperté en mi alcoba de mármol,
De superficies rectas e incoloras,
Denostada en un subterfugio
Que con raíces hinqué sola...
Es todo tan estimulante ahora,
Tan falto de ausencia, lleno de ti.
Desenredé mi cabellera estéril,
Entre bostezos clamando tu sed,
Y me estiré hasta beber de tu fuente,
Y proyectar mi rabia hasta Orión.
¡Cómo chocan las partículas ahora,
Entre cinturones y nebulosas celosas,
Brindando por un nacimiento de esferas,
De cuya colección escogiste mi ardor!
De mis brazos serpentearon los ríos,
Que veloces y raudos arañaron la Tierra,
De mis cabellos brotaron los musgos,
Que se casaron con las húmedas rocas.
¡Cómo reverdece mi piel ahora,
Y se abren todos mis poros,
Ululando a las pícaras ráfagas
Mi ansiada compañía de charla!
Escucha como crujen las planicies,
Como se elevan aristas y calizas,
Reventando montañas macizas,
Rodeando manantiales tan puros...
Escucha como lleno arroyos de canto,
Como devuelvo a la calma libélulas,
Serenando los patios de abedules,
Encendiendo alas de luciérnagas.
Mas no resisto esta morada subterránea,
Donde me cobijé a la falda del Everest,
Ya no resisto la sequía de tus versos,
Que me mecen y estremecen de frío.
Y es en la noche cuando se oyen los timbales,
Un llamado que me invita a la cena de la vida.
Y tu espíritu me llama, y me cuenta su secreto:
"Él vive en ti, en mí, en tu reflejo, en cada rocío"
Ya no estás sola
Ya no estoy solo.
"En las estancias hay un niño
Que juega con dados certeros,
Cada tirada un vuelco de sinos.
En las estancias hay un padre,
Que juega con un vetusto timón,
Cada giro un desenlace de rumbo.
En las estancias hay un mando,
De adamantinos sortilegios,
Aguardando el tacto de mujer".
¡Hera, ven hacia mi, una nave te añora!
A la luz de mis eras se navega mejor,
Con tus dones fecundos un regalo te doy...
Un hombre como yo, una mujer como tú,
Solos y deseosos de revolcarse en tus praderas,
Solos y deseosos de imitarnos, en un ciclo sin fin.
Hera y el Hacedor en una gran bola de fuego ardieron,
Una gran bola a las tinieblas con su corona desterró.
Y las noches ya no eran eternas ni los sueños vacíos,
Bajo un nuevo Sol
Bajo un nuevo Sol
Juan M Lozano Gago (c)
(léase oyendo esta música, gracias)
Blackmill - Spirit of Life
Que fantástico poema amigo.. ¿está basado en algo en concreto?
ResponderEliminarUn abrazo
Mucha gracias, amigo, en realidad no, jeje, pensaba en el espíritu de la vida, luego en la naturaleza y una 2ª oportunidad para la Tierra, y al final surgió la idea de Hera y el nacimento de un nuevo Sol,
Eliminarun abrazo
Diferentes combinaciones y giros en estos versos para darles un resultado feliz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como dos diálogos separados, hasta que sus voces pueden ser oídas mutuamente.
EliminarUn abrazo.
Me encanta este poema, un poema de fantasía, bello Juan, abrazos
ResponderEliminartu poema es exquisito amigo, la perfección total …. uffff eres grande!!! xoxo Eliz
ResponderEliminarBonito y profundo!!!
ResponderEliminarAbrazos
Anna
delicias, escenario y canto Juan
ResponderEliminarla vida toda se ha plasmado
somos parte de ella de sus luces y sombras
abrazos y felices vacaciones
:D
Muchas gracias, Elisa, Anna, Alejandra y Eliz por vuestros comentarios, Hera se despertó de un largo sueño y su fuerza contenida recorrió como un escalofrío la Tierra, jeje,
ResponderEliminarun abrazo desde Valencia (trasteando con el iPad) :D