A la vieja guitarra olvidada,
En un ropero relegada,
Le dedicó esta tonada.
Muchos pulsaron tus cuerdas,
Muchos acariciaron tus curvas,
Pocos probaron tus mieles,
Pocos se hicieron tus fieles.
Pero yo escuché tu desgarro,
Tu entrega en las noches de esparto,
Mientras dos gitanitas en un tablao bailaban,
Mientras las palmas y la cerveza borboteaban.
Incansables los volantes que seguían tu son,
Encalladas las manos en tus cuerpo de fresno,
Insaciables los vítores en veleros audaces,
Me dejaba caer en tus notas blanquirotas.
A la vieja guitarra llorosa,
Le digo: "No llores más mi niña,
Hoy es el día en que te saco de viña"
Y su dulce e inmortal letanía
Un amor dormido repartió en carreta,
Mas como un flan desfallecí a tu hechizo,
Cuando tus curvas se tornaron volcanes.
Tus cuerdas en largas piernas de bronce,
Y tu mástil -mi apoyo- en un cuello de cisne.
Embelesado observe tu rosetón,
Ahora tu triste carita, y te dije:
"Ya no es tiempo de penas,
Sino años de vino y feria,
De paseos a caballo,
Y de besos de cielo"
Y la Luna lunera se reía entre borrascas,
Su travesura infantil surtido efecto había.
Tras mil letargos de hombres hastiados,
Dio con uno que en la belleza aún creía.
Y su recompensa se hizo mujer en la madrugá.
Mas fue la misma Luna la que se encarnó para él.
La muchacha enjugó sus tibias lágrimas,
Indecisa restó distancia, y me dijo:
"Niño de mi alma luminaria,
Que con cariño me soñabas,
De tu amor tomé mi forma,
De tus retinas mi imaginaria".
Y fue así como en una noche sevillana,
Bajó de su trono sin abandonarlo del todo,
Se marchó como la mujer que ansiaba ser,
Aunque el dolor de tal cuerpo mortal la agobiara.
Y la guitarra seguía rasgando por encima del campanario,
"Me siento llena y vacía, me siento como una rosa pintada,
Que con sus pies de espinas deambula en los barrizales,
Callejuelas de lunares entre gozos de ocasión realizada"
Y la Luna lunera su sonrisa menguaba,
No notara las gentes su figura esbozada.
Una hija en la Tierra, una madre elevada,
Dos amores velaba y con una boca besaba.
Juan M Lozano Gago (c)
Concierto de Aranjuez
Bella poesia.
ResponderEliminarGracias, Antonio, un placer.
Eliminarnoble instrumento es la guitarra
ResponderEliminarhermoso homenaje le haces Juan
felicidades
la mía tiene más de 30 años conmigo
con algunos parches y mucha historia
en los trastes y en sus notas
La guitarra y el rasgar de sus cuerdas es algo que siempre me ha hecho vibrar, un gran tesoro tienes en esa guitarra moldeada por los años y adalid de recuerdos,
Eliminarmuchas gracias, Elisa : )
¡Cuántos versos y poemas se han escrito bajo la sumbra alargada de la guitarra y la luna...!
ResponderEliminarUn abrazo.
En efecto, ambas una fuente de inspiración.
EliminarUn abrazo.
Hola Sr,Juan,
ResponderEliminarQue le puedo decir, todos muy bellos!
Mas como un flan desfallecí a tu hechizo,
Cuando tus curvas se tornaron volcanes.
Tus cuerdas en largas piernas de bronce,
Y tu mástil -mi apoyo- en un cuello de cisne.
wow!! Grande!
Saludos cálidos.
Muchas gracias, Elisa, para mi es todo un honor contar con personas que disfrutan con lo que hago, escoges mis versos preferidos también,
Eliminarun cálido saludo casi de verano.
Se escucha la guitarra con la nostalgia de tus versos.
ResponderEliminarPrecioso poema, Juan.
Un beso.
bueno, tus versos y las tonadas de una guitarra española bajo la luna .... ufff un agasajo! además las guitarras españolas son únicas!!! bello bello poema mi querido poeta estelar :D un abrazooo xoxo eliz
ResponderEliminarBellas curvas de esa guitarra de piernas de bronce, te quedo hermoso este poema, abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, Alejandra, Eliz y María, esa guitarra que se negó a morir en el silencio del olvido gracias al chico que vio en ella su verdadero espíritu (y silueta) :D
ResponderEliminarBesos y abrazos!
Fantástica poesía amigo, la guitarra del corazón toca a la vez que se lee :)
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, amigo, son las cosas que no se pueden ver las que más importan :)
EliminarUn abrazo