domingo, 16 de marzo de 2014
FIEBRE EN LA NOCHE
Te crees el más duro,
Que te vas a comer el mundo.
Estás en la cresta de la ola,
Eres el amo de la ciudad.
Pisando fuerte sobre el asfalto,
Caminando con esos aires chulescos,
Ves derretirse a las nenas a tu paso,
¿Quién te puede parar ahora,
Cuando la música está en el aire?
Sólo haces un gesto con tus labios
Y ella se acerca, la tensión se masca,
Notas su calor, vibras con su olor,
Y entonces no hay palabras...
Tu mundo se desborda,
Los cuerpos se entrelazan,
Sólo sabes ese baile,
El que la calle te enseñó,
Porque eres el amo del barrio.
Ella se agarra a tu cuello,
Desliza los labios por tu oreja,
Susurros de cuero y gas,
Y ardes, tu corazón escupe humo.
Con tu chupa de cuero gastado,
Eres el hijo de la noche,
Con tu bólido a mil por hora,
Te sabes cada palmo del suburbio...
Y ella, el delirio entre las sombras,
Siempre te aguarda en cada esquina,
Siempre estuvo por ti y lo sabes,
Su larga melena de azul eléctrico,
Su hechizo traspasa sus ojos de jade.
Las chispas de los cilindros rebotan,
Sabes que ahora es tuya,
Sabes que todos te envidian,
Porque tienes ese algo,
Porque nadie te puede frenar.
Y ella sigue tu juego,
Siempre le dan las tantas,
Siempre supo donde encontrarte,
Sus vaqueros rotos desteñidos,
Su casa es la tuya...
El tiempo se detiene,
Sabes que dura un segundo,
Sabes que sois eternos,
Porque sois la tormenta,
Porque dais lumbre a la disco.
Pero llegó el momento,
De un lado tú y tu banda,
Del otro tus rivales agazapados.
Sabías que tenías que demostrarlo,
¿No sabías que tenía un precio?
Te rodean poco a poco.
Te subes a la barra,
Todos te observan,
Vas a hacerlo,
Porque lo llevas en la sangre,
No puedes dejarlo ahora,
Empuñas tu navaja de plata,
Y saltas como el lobo que eres,
Escupes al piso y gritas,
Marcas tu territorio,
Es lo que esperan.
Tus pupilas disparan dardos venenosos,
Algunos se lo piensan, otros aplauden al líder,
Al que no le tiene miedo a los decibelios de su locura,
Al que vive a la merced de su instinto.
Mientras las chicas explotan de rabia,
Mientras tu diosa se mofa de todos,
Su semblante de orgullo es tu premio,
Ella lo sabe, tú lo sabes.
Dos siluetas en la noche cerrada,
"Deprisa, deprisa", gritan los cómplices,
"Aún quedan horas de Luna,
Aún soy el Rey del garito".
Te revuelcas en la arena,
os mojáis con la marea,
con los puños bien cerrados,
conteniendo los silbidos
de tifones confinados.
Juan M Lozano Gago ©
Michael Jackson - Beat It
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Me parecía estar viendo la escena y venían a mi memoria otras parecidas de películas como West Side Strory, por ejemplo.
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado mucho.
Saludos cordiales
Personajes que creen comerse el mundo, vidas al límite sin pensar en nada más, aunque después siempre llegará quien supere al anterior eso es algo en lo que nadie suele detenerse a pensar.
ResponderEliminarMuy buen poema!!!
Besos! Y que disfrutes de un feliz domingo!
filmico poema Juan, me recuerda esos fantasmas del neón que corren y apuestan por quien le gana al peligro y a la muerte
ResponderEliminarbesitos y buen domingo
Que poderío de poema, hace aumentar el ritmo de la sagre por el cuerpo :)
ResponderEliminar¡Saludos!
Muchas gracias a tod@s, Hammer, Elisa, FG y Julia, realmente me puse en la piel del tipo que n teme a nada ni nadie, ni concibe la muerte como una opción, las imágenes se fueron sucediendo o visualizando en la mente y traslade ese ritmo frenético al papel, con la adrenalina a cien, jeje. Lo cierto es que el resultado es muy fílmico -como en las pelis de acción-,
ResponderEliminarabrazos y feliz semana, Juan : )