Pero aquella mañana, algo le apesadumbraba mientras dirigía sus pasos hacia la alfarería de su padre,
"Alfareros y Hnos. Lanzani".
Su intención inicial había sido la de realizar el trabajo lo mejor que sabía. Al fin y al cabo, aún era tan sólo un aprendiz, tal y como le repetía su padre, tratando de infundirle confianza. Sin embargo, no estaba satisfecho con aquel botijo de formas irregulares. Si bien admitía que no le había quedado del todo mal, esperaba un resultado distinto del obtenido. Había puesto todo su empeño y coraje, entretanto daba vueltas al torno con sus pequeños pies, pues quería que su padre estuviera orgulloso de él.
Embaucado por un remolino de pensamientos, llegó a la alfarería a tempranas horas de la mañana. El botijo se hallaba sobre la mesa central de la estancia, que despedía un envolvente olor a arcilla y cerámica. Estaba casi terminado, tras haber sido cocido en la jornada anterior. Su base era redonda como cabía esperar, y aunque su vientre era más ancho que aquélla, se estrechaba de nuevo antes de llegar a la parte superior, otorgándole en cierto modo un aspecto de ocho. Pintado de blanco, únicamente faltaba añadir la decoración.
Fue entonces cuando entró el padre:
—Hijo, ¿te inquieta algo? Normalmente sueles acudir al trabajo uno hora más tarde —dijo el padre al tiempo que echaba un vistazo al botijo.
—Hijo, ¿te inquieta algo? Normalmente sueles acudir al trabajo uno hora más tarde —dijo el padre al tiempo que echaba un vistazo al botijo.
—Papá, lo he intentado, pero no logro que quede perfecto contestó haciendo un ademán inconsciente de ocultarlo.
—Pedro, he de explicarte una lección esencial para la vida y hoy ha llegado ese día. Contempla ese botijo un instante, pero obsérvalo con los ojos del corazón, no con los que usas habitualmente.
El pequeño entrecerró sus verdes ojos intentando descubrir algo que se le hubiese pasado por alto.
—Verás, hijo, el botijo ya es perfecto, porque refleja todo el esfuerzo que has depositado en él, porque es único e irremplazable, porque sus imperfecciones lo hacen perfecto. La perfección no se presenta en el exterior de los objetos, es una idea que brota en nuestro interior, de nuestras creencias y percepciones de la realidad.
¿Qué es perfecto y qué no lo es? Sólo tú debes decidirlo...
JUAN M LOZANO GAGO ©
JUAN M LOZANO GAGO ©
que fome sería si todo y todos fuéramos perfectos
ResponderEliminarviva la diferencia!
abrazos
Son las diferencias, los matices y claroscuros, que abundan en las formas de la propia naturaleza, las que crean la belleza auténtica o esencia, como las aguas de una cascada que se adentran abruptamente en las entrañas de la tierra,
Eliminarun abrazo! :)
Enorme lección de vida,
ResponderEliminargracias Juan ha sido una lúdica lectura
saludos
Gracias a ti, Omar, es lo que acaba importando en la vida, el valor reside en las cosas que se hacen con el corazón y con nuestro propio esfuerzo,
Eliminarun saludo, compañero!
Muy bonito, en la imperfección también hay belleza.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Gracias, amiga, hay personas que se empeñan en buscar o crear algo perfecto, y mientras tanto, permanecen atrapadas en un bucle, nunca les parece lo suficientemente bueno y piensan: "Se puede mejorar aún más", la perfección siempre está delante de nosotros, esperándonos tras una cortina invisible, pero sólo es un espejismo...
EliminarUn abrazo!
Es un buen cuento para los pequeñuelos =)
ResponderEliminarTiene una buena moraleja para los pekes, jeje :D
Eliminar¿Perfecto? ¿Defectuoso?...Eso, lo decidirá el cliente.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Tío Antonio, así es, jeje, cada uno tiene su idea de lo que es perfecto!
EliminarSaludos.
me ha parecido una historia muy tierna y con un mensaje muy bello :D
ResponderEliminarGracias, Abril, al final Pedro logró ver con los ojos del corazón! :)
Eliminar¡que hermoso cuento amigo- estrella! me encantó la ternura conque lo escribes y además que cierto es, la perfección debe siempre verse con los ojos del corazón, maravilloso!!!! xoxo xoxo Eliz
ResponderEliminarHola, Eliz, muchas gracias, amiga, dicen que a través de las letras uno refleja lo que lleva en el interior de su corazón, y yo dejo un pedacito de mí,
Eliminarun abrazo! :)
eso se nota amigo!!! tus letras reflejan todo lo perfecto que hay en tu interior amigo -estrella :D xoxo eliz
EliminarCreo que no puedo evitarlo, jeje, que salga el niño que llevo dentro!!! :D
EliminarUn gran abrazo desde la tierra del sol
(aunque aún no termina de llegar el verano) :)
Damos por sentadas tantas cosas!! Y en realidad no siempre las mejores son las más bellas, perfectas e impecables. Lo único es que no siempre nos detenemos a pensar en ello y de forma inconscientes preferimos aquello que al primer golpe de vista se muestra hermoso.
ResponderEliminarMe gustó este cuento, con ese punto de reflexión inmenso.
Saludos!
Es como cuando le regalas algo a un crío, si elegimos, por ej., el regalo más caro, como el muñeco de moda, se deslumbrará en un primer momento, para luego dejar arrinconado en una esquina de su cuarto. Sin embargo, si elegimos una pelota, se pasará casi todos los días dándole patadas y pidiendo bajar al parque para jugar. En las cosas sencillas se encuentra la felicidad de la vida, las que hacen que merezca la pena vivirla,
Eliminarun abrazo! :)
Qué bonito. Las cosas valen según el esfuerzo que uno pone en lograrlas,y si en el aspecto comercial no siempre es así, debería serlo en la mente de quien lo dio todo. Lo comparto.
ResponderEliminarHola, Jimena, gracias por comentar, me alegro de que te guste. Creo que es bueno reflexionar sobre estos aspectos de la vida, más en la sociedad en que vivimos hoy, superficial y anodina, pendiente de la imagen. Algo puede ser hermoso según los ojos con los que se mire, el valor que le otorgues y el concepto que uno se haya forjado de belleza. Por otro lado, lo perfecto suele ser enemigo de lo bueno, es preferible algo hecho con amor. Y, por último, las cosas sencillas, y no aquéllas que se tratan de perfeccionar continuamente son las que nos llegan antes e infunden sentimientos.
EliminarUn saludo! :)
Profunda conclusión. Sómos jueces de nuestra calidad, por éso a pesar de la frase: No hay dibujo malo, algunos de plano los deshecho. y es que veo yo mismo que puedo mejorar el nivel.
ResponderEliminarEn el relato cae uno en la disyuntiva de aceptarlo como publicable o esmerarse a pulirlo. Depende, pues hay infinitas variantes; y me gusta ejercitar en que me salga todo a la primera.
Comprendo lo que dices, es un tema que se abre a debate. ¿Es mejor quedarse con lo primero que sale de modo espontáneo cuando se está en un proceso de creación artística? Pues depende, en ocasiones, sí que conviene pulir un poco el trabajo para que el resultado final sea mejor (supongo que en el dibujo, como bien apuntas, es algo necesario). En cuanto a escribir, yo mismo he escrito cosas del tirón en un instante de inspiración y me han quedado muy bien, por la naturalidad y fluidez de la expresión, pero otras veces hay que tener algunas ideas claras de hacia donde quieres ir. No obstante, he visto a personas que no nunca ven bueno lo que hacen, y se empeñan en mejorarlo, sin sacar su obra a la luz, y puede llegar a ser un error, puesto que, por ej., una canción puede perder la naturalidad inicial por ello,
Eliminargracias por tu comentario, Carlos,
un saludo,
Juan
Lo perfecto es enemigo de lo BUENO, me quedo con ello desde hace mucho tiempo.Desde mi perspectiva similar a la tuya TU DECIDES, no los demás.
ResponderEliminarMe quedo en tu blog, con tu permiso
Saludos,
Hola, Tramos, bienvenida a mi blog :), espero que disfrutes con la lectura. Coincido plenamente con tu opinión. El perfeccionismo puede llegar a destruir lo que ya era perfecto ab initio. Cuando algo irradia luz, es mejor dejarlo intacto, pues de eso se trata, de apreciar la belleza natural de las cosas,
Eliminarun saludo,
Juan
En la diferencia radica la belleza y la autenticidad..
ResponderEliminarUn cuento lleno de sabiduría.
¡¡Abrazos Juan!!
Muchas gracias, Morgana, lo diferente y genuino es lo que otorga valía a las cosas,
Eliminarun abrazo! :)